lunes, 4 de octubre de 2010

La triste realidad

Hoy en día las empresas al momento de contratar a un personal exigen en los currículos una fotografía  donde aparezca el rostro de la persona. A mi parecer esta medida es inaceptable, ya que si la persona no presenta una imagen de una persona con facciones “bonitas”, la persona no llega a ser contratada por tal institución. 

  
Tal discriminación afecta el autoestima de la persona, se le hace difícil encontrar trabajo. Las empresas sin saber el verdadero desempeño de estas personas no valoran esas características si no que se fijan solo en una cara bonita, que pueda atraer clientela por medio de la sensualidad. La verdad es que estas personas solo son objetos que se utilizan por cuestión de marketing, porque en la parte de desempeñarse en su trabajo los resultados son espantosos

La discriminación en los últimos años ya era escasa, desde el termino de el periodo nazi en Alemania, pero se vuelve a retomar en estos casos por personas con un pensamiento capitalista que su paradigma se basa en el ganar/perder, ya que la empresa gana clientela al contratar a estas “cabecitas de pájaros”,  en vez de las personas que son rechazadas por no tener un buen estado físico o si es “feo a bonito”, pero quien nos dice quien es o no es perfecto, nadie, solo son estupideces que la misma gente habla, y además tiene un mal concepto de que la persona perfecta deber ser de tal y tal forma (rubio, alto, ojos azules), si la persona perfecta no existe.

 Las consecuencias que esto conlleva están a la vista, por ejemplo, en la educación, salud, servicios públicos, empresas, etc., son miles los casos de falta de profesionalismo que presentan dichas instituciones por el contrato de personas poco eficaces en sus labores.


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